La exluchadora de la WWE, Ashley Massaro, que falleció a los 39 años, al parecer decidió ponerle fin a su vida debido a la depresión y constantes conmociones cerebrales que sufrió durante su carrera en el cuadrilátero.
Así lo registra el medio The Blast.
También se conoció que Massaro formó parte de una demanda colectiva que varios luchadores presentaron contra la WWE por no proteger a sus empleados de traumatismos craneoencefálicos y conmociones cerebrales.
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En una declaración jurada por Ashley, mencionó que nadie le advirtió sobre "los riesgos a largo plazo asociados con las conmociones cerebrales o el traumatismo craneal repetido y que nunca había escuchado los términos de TBI o CTE mencionados".
Para poder trabajar sobre el ring, la luchadora también indicó en su declaración que "aparte de mis lesiones físicas continuas que sufrí en el ring y mi anterior batalla contra la adicción, hasta el día de hoy sufro de depresión, por lo que tomo medicamentos; migrañas; y severa pérdida de memoria a corto plazo", dijo.
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Ashley, quien ganó el RAW Divas Search en el año 2005 y luchó en WrestleMania 23 contra Melina por el Campeonato Femenino de la WWE, estaba trabajando para una estación de radio en el momento de su fallecimiento y no se presentó a trabajar esa mañana sin llamar.
Se dijo que esto levantaba una gran bandera roja. Finalmente, las autoridades fueron llamadas a su casa donde fue descubierta. Trabajaron en ella con RCP, pero fue declarada muerta después de llegar al hospital.
Varias personas que conocían bien a Massaro aludían, en redes sociales, al suicidio como la causa de su muerte.